#MePasoAMi
¿Quieres saber con quién eres compatible según su signo zodiacal? ☮️
Nunca he tenido suerte en el amor. He roto varios
corazones y también me lo han roto a mí. Sin embargo, una de esas veces me
marcó para siempre y hasta ahora pienso en esa persona y una de las
experiencias más vergonzosas y dolorosas del mundo.
Todo comenzó cuando teníamos 12 años. Mi primer amor.
Éramos unos niños. Nuestros papás eran muy buenos amigos, por lo que nos
veíamos bastante. Nos encantaba pasar tiempo
juntos, viví momentos lindos con Mauricio. Viajamos, hicimos pijamadas, locuras,
todo. Era igual a mí, nos gustaban las mismas cosas y nuestra personalidad se
parecía. Las personas pensaban que éramos hermanos. Siempre confundía nuestra
amistad con amor. No quería perderlo y sabía que era necesario “enamorarme” de alguien
más. Me forcé a enamorarme de otro cuando solo tenía 15 años. Fue la primera
vez que le rompí un corazón.
En mi cumpleaños número 18, Mau me regaló un collar de piña preciosa y a pesar de estar en
una relación, no podía dejar de sentir cosas por él. Todos mis amigos y
familiares lo conocían y lo amaban, me encantaba nuestra relación.
➤Y cuando decidí mandarme... ☠️
Cumplí 21 y decidí arriesgarme. Estábamos en una reunión
en la casa de mi primo Juan cuando sucedió. Me declaré frente a todos. Le dije
a Mau lo que sentía por él y cuando terminé escuche un grito: “¡pero si Mau es
gay!”
Me quedé helada, no sabía si era verdad o estaban
molestando. Mire a Mau y con los ojos llorosos me dijo “lo siento bonita, pero
estoy enamorado de Juan, no sabía cómo decírtelo. Lo siento mucho” Y se fue. La
peor experiencia que pude haber vivido. Me rompió el corazón.
Así fue como me enteré que mi mejor amigo, del cual había
estado enamorada toda mi vida, era gay y tenía algo con mi primo. Me traicionaron los dos. Y aun me duele. ¿Lo peor de todo? No tuvo la confianza
para decírmelo.
¿Moraleja 🍍?
¿Qué rescato de esta historia? No debemos buscar nuestra
“media naranja”, hay que buscar una fruta completamente nueva, tal vez una
sandía, un melón o una piña. Muchas veces luchamos por encontrar a esa persona
que es igual a nosotros, cuando en realidad ESA persona especial, puede ser
todo lo contrario. Es cuestión de darle una oportunidad.
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